jueves, 3 de marzo de 2016

Cortázar y Mastretta: de la fantasía palpable a la realidad invisible

Casi resulta imposible despojar una imagen recién avistada de la interpretación inmediata que el cerebro produce. Como respuesta instintiva, la objetividad queda anulada de un pestañeo a otro. Prejuicios, miedos o información irrelevante, lo que sea, de todo, menos puramente cierto. "Continuidad de los parques", de Cortázar, invita al lector a dar un paseo por esos lugares engañosos, esas estancias que creemos separadas por férreos muros, donde la mente se esfuerza en clasificar y diferenciar lo real de lo imaginado. En este caso, el escritor reta al lector y pone en evidencia que es muy fácil confundir —con apenas unas palabras sugestivas—, lo que es cierto y lo fantástico. Las múltiples interpretaciones a las que da lugar el relato más breve de Cortázar son fruto de las elucubraciones imparables del razonamiento humano. De un modo metafórico, el autor conecta con la vivencia extraña, casi misteriosa que experimenta un individuo cuando su propia existencia se convierte en relato. Es decir, cuando una persona conecta y da sentido a los acontecimientos a través de la denominada “coincidencia”, está mezclando realidad y fantasía para construir una estructura en la que apoyarse.


Precisamente sobre la coincidencia y la capacidad de sorprender que tiene la vida hablaba Ángeles Mastretta en una entrevista: “He escrito cosas, he inventado personajes que de pronto se cumplen. He imaginado afectos, amistades, rupturas, que se cumplen”. Quizá sea ese estilo suyo, esa analítica precisa, que le sirve como herramienta para afinar su intuición y adelantarse al comportamiento humano. Porque al contrario de Cortázar, la escritora mejicana utiliza un discurso alejado del surrealismo, y sin embargo, de sus palabras también surge la magia, la chispa inexplicable. En el relato que inspira el cortometraje Una vez, de Sonia Madrid (el cual se proyectará el primer día de las jornadas), Mastretta cuenta la historia de una mujer que ha sido maltratada por su marido. En este caso, la cruda realidad, que resulta invisible dentro de una sociedad machista, adquiere luz y relevancia a través de un testimonio contado por la autora. Así pues, lo normal pasa a ser extraordinario a través de la literatura, siendo el texto capaz de dar vida y acercar al lector una experiencia que quizá le resulte ajena.


Siendo así, ambos autores, tanto Cortázar como Mastretta, crean un espacio común donde lo cotidiano y lo inventado se mezclan hasta formar una verdad sólida, o por lo menos, válida.

       
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Máster en Gestión del Patrimonio Literario y Lingüístico Español 
Departamento de Filología Española I, Filología Románica y Filología Italiana
Vicedecanato de Calidad y Espacio Europeo de la Facultad de Filosofía y Letras
Colabora: Librerías Prometeo

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